De futbolero y apasionado por Independiente, fue recién siendo presidente del club de sus amores cuando Javier Cantero pudo entender que ni bien la pelota comienza a rodar también se ponen en juego innumerables valores éticos. Allí mismo arrancó su carrera contra ese lado oscuro del fútbol que muchos prefieren gambetear. Él no lo hizo, él tomó la posta y encaró.
“Algún día voy a escribir de todo esto que estoy viendo. Quiero dejar un documento”, cuentan que dijo al tiempo de haber ganado las elecciones en el club de Avellaneda, el 18 de diciembre de 2011. Y sí que cumplió porque a finales de 2014 salió a la luz su primer libro, “Contra el Sistema”. Lo vino a presentar en Tucumán, sabiendo la importante plaza futbolera que es, invitado por la UNT y Radio Nacional. “Elegí ese título porque en esta historia el problema no es una sola persona. Eso sería muy sencillo de cambiar. El fútbol es un sistema donde también aparecen la política, la Justicia, la policía, los representantes...”, sostuvo el autor de la novela en la que se expone toda la batalla que el ex presidente del “rojo” libró contra la barra y que tuvo que asumir luego ante aquellos organismos clave.
Historias como la vez en que 27 barras lo encerraron en su propia oficina alegando, entre otras cosas, que él iba a contramano porque no les daba ni 30 centavos cuando ellos necesitaban el dinero por 1.000 locas justificaciones son las que relata la novela. ¿Y por qué una ficción para contar tan cruda realidad del fútbol? “Es que soy un lector empedernido y creo que con ella se pueden reflejar las diferentes personalidades. Un gesto, una sensación. Además una novela me da la libertad de saber que no me van a salir a matar en cualquier esquina”, sentenció Cantero, siempre consciente de los riesgos de esa lucha que encabezó Víctor Abascal, dirigente protagonista del libro.... “Cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia”.
Teoría de los tres hinchas
La cancha es el lugar donde, explica Cantero, conviven tres tipos de hinchas: los violentos que enloquecen e insultan con el resultado adverso pero salen de la cancha y se les pasa, los hinchas comunes que hasta llevan a la familia y los barras. “Pero los barras en realidad no son hinchas. Ellos ni ven el partido. Se fijan quién canta y hace lo que se les dice. Ellos viven del fútbol, pero no pagan cuotas ni entradas, sino que cobran”, dice aclarando que el tema no se acaba ahí. “La venta de entradas no es todo. Ellos hacen la suya con los estacionamientos, la droga… Son comerciantes”, agrega.
Por un momento Abascal creyó haber domado a ese grupo de no/hinchas cuando estos le reclamaron dinero para comprar banderas y él les entregó directamente las telas. “Me dije, a partir de ahora los domesticamos, pero luego de una nota que salió en un reconocido diario (que publicó el ticket de compra de las telas) me dije: para ustedes ni un vaso de agua. Y a partir de allí arrancó esto que parece no tener fin”.
En ese camino se encontró solitario Cantero. “Al principio hubo acompañamiento, pero después me fueron dejando solo porque cada uno quería salvarse por su cuenta. Por eso el sobrenombre de Quijote, porque estaba peleando solo contra los molinos de viento”, explica el quilmeño de 57 años sobre esa imagen del Ingenioso Hidalgo que le encaja como el rojo a su corazón.
En medio de su lucha, a Cantero le tocó cargar con la cruz más pesada de Independiente, ocurrida el 15 de junio de 2013, y así su propuesta se empezó a parecer aún más a una quimera. “Confiaba que si lo deportivo iba bien, la gente iba a salir a apoyar. Pero a mí se me dio el descenso como un castigo muy grande y eso me dejó más solo aún”, cuenta este Quijote que recargaba pilas cada vez que volvía a casa y encontraba la familia.
“Por otro lado soy creyente y creo que eso también me ayudó mucho. Tengo un chip en la cabeza que me hace creer en Dios y bueno, eso es un respaldo que me parece muy importante para cualquier ser humano”, confesó.
“Se que pasé por todo. No sólo por las barras, sino también por otros dirigentes de AFA y representantes, además de una apretada situación financiera”, enumera Cantero teniendo como ejemplo no sólo cuando Daniel Angelici, presidente de Boca, le confesó que nunca habría agarrado un club como Independiente, que venía de crisis en crisis, o cuando el propio Julio Grondona, por ese entonces presidente de AFA, lo mandó a hablar con Hugo Moyano (actual presidente “rojo”) por no poder cumplir con $ 20.000 que le había prometido. “Fui con Moyano y me puso condiciones. Pero para eso le daba la llave del club y ya... Grondona me traicionó”, asegura.
Cantero hizo su apuesta y sabe que los resultados no fueron los más esperados por la soledad con la que tuvo que ponerse cara a cara contra el sistema. “Al menos lo intenté. No me fue bien y muchos disfrutaron eso. Pero lo que hice me lo voy a llevar a la tumba”, sostuvo recordando aquel momento en 2013 cuando tuvo que dar un paso al costado dentro de un club en donde todos los días había problemas del tipo de quinchos quemados, hasta que se fue. “Jugábamos el ascenso y pensé que al irme dejarían de pasar esas cosas. Que sería como aportar un gol. Me queda la tranquilidad de haberme ido y que el equipo ascendiera, porque peor que descender es no volver a subir”, explica 100% “diablo”.
De alguna forma sigue
El Cantero dirigente ya no volverá a actuar ni volverá a enfrentarse en soledad como Don Quijote. “Esa es una etapa que ya viví, con muchas vicisitudes y que ya terminó. Entiendo que con el libro es la primera vez que un protagonista desde adentro describe lo que sucede en el fútbol”, explica sobre esa forma de seguir la lucha.
La presentación del libro en Tucumán es un primer paso en esta etapa de Cantero, que visitará otras universidades con “Contra el Sistema” bajo el brazo y entre otras invitaciones dará una conferencia con el abogado y ex juez nacional Mariano Berges, presidente de la Asociación Civil Salvemos el Fútbol. Esa entidad lucha constantemente contra los barras que hasta le permitirá participar de aquellas rutinas con los familiares de las víctimas de la violencia en el fútbol.
Su promesa es eterna: “todo lo que pueda aportar desinteresadamente como lo hice como presidente de Independiente, sin cobrar un peso, por supuesto que lo voy a hacer, como cualquier ser humano bien nacido”.